JUJUYENDEPORTES.COM. En un 2 de noviembre cargado de simbolismo, cuando en todo el país se recuerdan a los que ya no están, Gimnasia y Esgrima de Jujuy también tuvo que despedir a algo que murió antes de tiempo: su sueño de ascenso. El “Lobo” viajó hasta Puerto Madryn para cumplir con un partido que ya tenía destino escrito a pesar del 0 a 1 de la revancha. Con el 3 a 0 por escritorio impuesto por la AFA en la ida, el global fue un lapidario 4 a 0. No hubo milagro jujeño.
El equipo jujeño, dirigido por Matías Módolo, sabía que debía obrar un verdadero milagro: ganar por cuatro goles de diferencia. Pero el fútbol, por más que siempre tiene su cuota de sorpresa y oportunidades. esta vez no estuvo del lado albiceleste.
Y así fue como el «Tanque» Silba, con su gol de cabeza a los 36 minutos del primer tiempo, terminó de sellar el destino de un Gimnasia que jugó con la pesada cruz de una serie manchada desde el accionar de Lucas Comesaña hace dos semanas, la floja respuesta dirigencial del club y la sentencia que salió desde los escritorios de la AFA.

El resto fue trámite. Un Fabricio Llobet correcto, un Madryn confiado y un Lobo que se fue desinflando con la sensación de estar disputando un partido simbólico.
En Jujuy, los hinchas todavía repiten el mismo rezo: “los partidos se ganan en la cancha”. Pero cada vez suena más como una plegaria que como una verdad.
Entre la bronca y la tristeza, Gimnasia y Esgrima de Jujuy pone fin a su año antes de lo que soñaba, con una sensación de poco, pero no solo por el cierre como tal, sino por lo flojo que fue su tramo decisivo del campeonato, que lo llevó de puntero indiscutido a entrar con lo justo a puestos de ventaja deportiva en el Reducido.
Pero eso no importa. No obstante a los reproches deportivos, hoy el sueño de volver a primera desapareció y habrá que esperar hasta el 2026 para volver a ilusionar al hincha que buscará la resurrección de estas aspiraciones, hoy enterradas en tierras patagónicas.







